Cuatro de cada 10 argentinos sólo duermen seis horas por día, dos horas menos que hace 30 años, según un informe que concluye que hoy en estas latitudes «el sueño es un ritual cada vez más olvidado».

somnolencia

Según los datos de una investigación sobre trastornos del sueño, los hombres duermen menos pero las mujeres son quienes más padecen el trastorno y uno de los motivos de la marcada tendencia apunta a la pérdida de la noción de tiempo y espacio que fomenta el mal uso de las nuevas tecnologías.

«En la Argentina, la mayoría de los adultos sólo duerme seis horas por día. Entre las causas de este mal hábito se destacan el uso excesivo de computadoras, televisores y dispositivos móviles», reveló el estudio que difundió hoy una organización orientada a promover la práctica de hábitos del sueño saludable.

El informe determinó que «se duermen dos horas menos que hace 30 años y que los responsables de este cambio son, en gran medida, los avances tecnológicos que hacen que el ser humano pierda la noción del tiempo y el espacio».

«Durante las etapas del sueño suceden funciones imprescindibles que tienen que ver, no sólo con el aprendizaje y la memoria, sino también con mecanismos hormonales, metabólicos e inmunes», señaló el investigador del Conicet, Daniel Vigo, asesor de Drom-Cronobiología, una compañía nacional orientada a promover la práctica de hábitos del sueño saludable.

Por esa razón, “la alteración del sueño se asocia con disminuciones en el nivel de alerta que puede tener consecuencias mortales como accidentes de tránsito; y a largo plazo, se asocia con la aparición de enfermedades como hipertensión, obesidad y diabetes», señaló Vigo.

Además, en sintonía con este informe, una investigación de la Universidad Católica Argentina (UCA) basada en una muestra de 5.626 adultos mayores de 18 años coincidió en que los hombres duermen menos que las mujeres.

El análisis reveló que «el 17% de los hombres y el 13% de la mujeres dormía menos de seis horas, pero que la mala calidad de sueño afectaba en mayor proporción al sexo femenino».

Además, esa misma medición determinó que «el 22% de la población manifestó experimentar somnolencia diurna».

El psiquiatra Roberto Ré, integrante de la Asociación Argentina de los Trastornos de Ansiedad (A.A.T.A) y fundador de la Red SANAR, dijo a Télam que “el vínculo que guardamos con la tecnología es, sin duda, una situación o estímulo estresor que provoca distrés y puede llevar a veces a un grave trastorno en el sueño”.

“Vivimos pendientes del celular, los mails y las redes sociales. Muchos duermen con el celular bajo la almohada o pegados al ‘led’ que titila constantemente”, describió Ré.

El fundador de Red Sanar definió al distrés como “la respuesta tensional desadaptativa, negativa, excesiva, insana y disfuncional de la persona ante estímulos estresores”.

“Hay un tipo de insomnio que es el más frecuente en casos de adicción a la tecnología. Se llama insomnio psicofisiológico, ya que es causado por condiciones de tensión y ansiedad (distrés)”, concluyó el especialista.

Lapsos de atención, dificultad de aprendizaje, problemas de percepción del entorno, mayor probabilidad de cometer errores, son algunos de los síntomas generados por la falta de sueño, señala el estudio divulgado hoy.

La falta de sueño también provoca «pérdida de motivación, escases de energía, e irritabilidad, con un incremento de hasta cuatro veces la posibilidad de sufrir accidentes viales y laborales».

Fuente: Telam