Para conducir un vehículo responsablemente, hay que hacerlo con mucha atención.

Para que el conductor organice y coordine la información que le viene del exterior necesita prestar la debida atención pero, algunas circunstancias dificultan ese estado de alerta y le impiden reaccionar a tiempo.
Las distracciones, son una de las principales causas de accidentalidad que, sumado al uso indebido de dispositivos electrónicos, como el GPS o los teléfonos móviles, han agravado la situación.
El manejo seguro del volante exige que el conductor preste la debida atención para organizar y coordinar toda la información que hay en el entorno del tráfico. Pero son tantos los estímulos que el conductor debe hacer una selección e ignorar los menos importantes.

De lo contrario, se vería desbordado e inmerso en una situación de peligro.
La atención selectiva puede verse alterada por muchas variables como el estado psicofísico (fatiga,sueño, ansiedad, etc.) la experiencia, o ciertas características del entorno.

Todo conductor debe ser consciente de que debe mantener un nivel de alerta adecuado, tratar de observar la circulación mucho más allá del coche que le precede porque en cualquier momento puede producirse un cambio en el entorno ante el que hay que reaccionar:

un coche que frena,
un semáforo que cambia a rojo,
un peatón que cruza…

Algunas circunstancias pueden impedir que se mantenga una atención adecuada, como los carteles publicitarios, los problemas personales, etc.
El mero paso del tiempo -conducir durante varias horas sin descanso- juega en contra de la capacidad de permanecer atentos.

SELECCIONAR LO FUNDAMENTAL

Cualquier conductor tendría grandes dificultades para atender adecuadamente, y al mismo tiempo, a distintas fuentes de información (semáforos, peatones, conversaciones por teléfono,sus propios pensamientos…) Lo que realmente importa es que sepa cambiar rápidamente de un estímulo a otro y seleccionar en cada momento lo fundamental.
En cualquier caso, no olvide que algunas circunstancias –inexperiencia, condiciones climatológicas adversas, tramos complicados, etc.- exigen una mayor dosis de atención.

LO QUE DISTRAE

-Hablar por teléfono
-Fumar
-Atender la pantalla de un navegador
-Manipular un aparato de música
-Mirar la ruta en un mapa
-Conversar o discutir algo importante
-Girar la cabeza para hablar
-Jugar con los niños
-Echar a un insecto fuera del coche
-Comer o beber conduciendo
-Mirarse en el espejo retrovisor
-Quedarse mirando algún objeto del entorno o del interior del coche

MÓVIL: LOS MOMENTOS MÁS PELIGROSOS

El uso del móvil puede aumentar el riesgo de accidente entre 5 y 10 veces. En primer lugar, la búsqueda y la manipulación del mismo supone un peligro, sin contar con que durante la conversación se dejan de percibir hasta el 50% de las señales.
Otro inconveniente es que, mientras se habla, se estiman erróneamente las distancias y la velocidad y son frecuentes los desvíos de trayectoria. Y, por supuesto, sujetar el teléfono con la mano dificulta el manejo del vehículo.

En el manejo del móvil hay momentos especialmente peligrosos:

1- Cuando se recibe la llamada. Además, del efecto sorpresa, el hecho de buscar y tomar el móvil, distrae, Mejor llévelo apagado.
2- Cuando se marca. Durante los 5-10 segundos necesarios para hacerlo, a 120 km/h, se recorren entre 170 y 330 m.
3- Al colgar y dejar o guardar el móvil, se deja de mirar el tráfico y, a veces, el conductor sigue pensando en la conversación sin prestar la debida atención al tráfico.
Fuente: ISEV: Instituto de Seguridad y Educación vial