El alcohol es la sustancia psicoativa de uso más generalizado, es un depresor del sistema nervioso central, los efectos y los riesgos dependen de qué se toma, cuánto se toma, la frecuencia, la mezcla, y las características de quien lo consume.

Es importante, por ejemplo, el peso del cuerpo en relación a la dosis, las circunstancias, las expectativas y el estado de ánimo de cada persona.

Si miras la graduación alcohólica que figura en la botella, sabrás cuánto alcohol estás tomando:

  •  Cerveza: 4-5%
  • Vino: 11-18%
  • Champagne: %18-30
  • Vodka y tequila: 35-40%
  • Whisky: 40-45%
  • Ron y aguardiente: 40-75%
  • Fernet: 47-50%

Si te excedes, ten en cuenta que:

El consumo habitual prolongado en el tiempo puede provocar daños orgánicos en hígado, páncreas, estómago, corazón y cerebro, además de trastornos psíquicos.

El alcohol produce dependencia física y psíquica. La persona que más aguanta y más consume no controla el alcohol. Precisamente aguanta porque su organismo se ha acostumbrado a él.

Debido a la dependencia física, ante la ausencia de alcohol, el organismo reacciona con síndrome de abstinencia.

El síndrome menor incluye temblores, ansiedad, sudoración, náuseas y el síndrome mayor: pérdida de conciencia y alucinaciones entre otros.

Las lesiones producidas por el alcohol sobre el feto son mucho muy graves.

Efectos posteriores a su ingesta:

  • Al principio se produce una deshinibición por su efecto depresor sobre la corteza cerebral.
  • El estado de ánimo cambia a exaltado con euforia
  • A medida que se sigue tomando se aumenta la irritabilidad, impulsividad, disminuyen los reflejos y la capacidad crítica. Ésta es la famosa borrachera.
  • Si se conduce, a medida que aumenta la cantidad de alcohol, el riesgo de accidente se multiplica.
  • El alcohol afecta a la conducción porque restringe las facultades que la misma requiere, disminuye el campo visual, perturba el sentido del equilibrio, aumenta la fatiga y el sueño/somnolencia, disminuyen los sentidos y se calculan mal las distancias.
  • Si a ésto se agrega que muchas veces se toma sin comer nada y se mezcla una gran cantidad y diversidad de bebidas, el efecto se multiplica.

Como ayudar a alguien que bebió demasiado:

  • No dejarlo solo, el ritmo de eliminación del alcohol es de 7-8 g por hora.
  • No existe ningún método para acelerar o modificar este proceso. Tomar café, mojarse, ducharse con agua fría, hacer gimnasia o transpirar no sirve para reducir la cantidad de alcohol en sangre.
  • Si alguien experimenta una sobredosis hay que evitar que pierda la conciencia y se duerma obligándolo a caminar y hablar dándole también breves tragos de agua natural (nunca café y menos más alcohol)
  • Si está inconsciente llamar urgente a una ambulancia e informar al médico qué consumió, controlarle mientras, la respiración y el pulso. Si no respira, hacerle respiración boca a boca, si vomita, ponerle la cabeza de costado y que siga respirando. Si se trata de un coma alcohólico cuidar que no se enfríe si se duerme y abrigarlo para evitar la hipotermia.
  • Si pierde o perdió el control y se considera que no puede manejar su relación con el alcohol o que el alcohol lo maneja a él, sugerirle consultar a un profesional.
  • La mezcla de sustancias depresivas (alcohol y barbitúricos) o estimulantes (cocaína y éxtasis) tiene un efecto sinérgico, o sea, sus efectos no se suman sino que se multiplican y los riesgos de sobredosis aumentan y pueden ser impredecibles.
  • Al mezclar dos sustancias de grupos diferentes (estimulantes con depresores, por ejemplo éxtasis con alcohol) se pueden potenciar los efectos depresivos del alcohol.
  • Los riesgos del consumo de alcohol como también el de drogas o ambos a la vez, son más en ciertas etapas o situaciones: si se sufre de inestabilidad, de paranoia o agresividad. Si se toman medicamentos.
  • Durante el embarazo. Si se sufre de asma, diabetes, hepatitis, cardiopatías u otras enfermedades.
  • Y por cualquier duda tener en cuenta que lo mejor es la prevención, informarse pero también acudir a las ayudas necesarias para conservar la salud, tanto física como psíquica. En cada país, región, ciudad, hay establecimientos públicos y privados para la ayuda en el control de la situación.