Copenhague

Las emisiones de carbono se han reducido en un 40%, el 63% de los desplazamientos se hacen en bici y se cuenta con autopistas para ciclistas que unen la periferia con el centro, entre otros de los muchos logros de la ciudad

La revista británica Monocle ha elegido a la ciudad de Copenhague, tres veces consecutivas, la capital verde europea en 2014 y, en una investigación de The Economist Inteligence Unit, se la ha nombrado la capital europea más sostenible, de las 30 que se han estudiado, Madrid ocupaba el puesto número 12.

La capital danesa está sumida en una revolución verde donde todos los aspectos de la vida urbana están afectados, estos cambios han hecho que se erija en líder de la economía verde en todo el mundo. Un informe de la London School of Economics, prestigiosa escuela financiera, señalaba que la reducción de emisiones y el apoyo a las políticas medioambientales son buenas para el planeta, pero también es un gran negocio para este país nórdico.

Copenhague quiere convertirse, en 2025, en la primera capital del mundo neutral en emisiones de carbono; y se tiene el total convencimiento de que lo van a conseguir ya que, desde 1999, han reducido en un 40% estas emisiones y, desde 1980, su PIB ha subido un 80%, pero el consumo energético se ha mantenido en el mismo nivel.

Rasmus Helveg Petersen, ministro danés de Clima, Energía y Construcción, ha explicado que “lo que estamos haciendo aquí es nuevo, ocurre por primera vez” y “hace 20 años, Dinamarca era famosa por el porno y el beicon; ahora, por la transición hacia una economía sostenible”.

Dinamarca fue el primer país que tuvo un ministro de Medio Ambiente, en los años setenta. Y Copenhague fue una de las primeras ciudades de todo el mundo que peatonalizó, en los sesenta, gran parte del centro de la ciudad.

Helle SØholt, socia fundadora de Gehl Architects, expone que “Copenhague nunca tuvo un plan general. Ha ido ganando espacios para los ciudadanos. Estos últimos años se ha producido un gran cambio cultural, la gente está regresando al centro de la ciudad, pero piden un mayor acceso a las calles, a los espacios verdes”.

Los cambios que ha realizado el país empezaron en los años setenta, durante la crisis del petróleo de 1973. Los ciudadanos pidieron a sus representantes que una nueva forma de transporte urbano fuera apoyada: la bicicleta. Esta es la seña de identidad más indiscutible de la transformación de la ciudad: las bicis están por todas partes. Las autoridades se han fijado una meta para finales de 2015: que el 50% de los desplazamientos urbanos se realicen en este vehículo. El 90% de padres llevan a sus hijos al colegio caminando o en bicicleta. En el centro de la ciudad, con 700.000 habitantes, el 63% de los desplazamientos se realizan en este modo de transporte, pero el objetivo es que sea generalizado en todo Copenhague, donde residen 2.000.000 de personas.

Para que este objetivo se vea cumplido, la ciudad cuenta con autopistas para ciclistas que unen barrios de la periferia con el centro. Los carriles bici son cada vez más amplios; el sistema denominado Ola Verde sincroniza semáforos en hora punta para que, si los ciclistas circulan a 20 kilómetros por hora, los encuentren siempre en verde; y cuando nieva, por ejemplo, los carriles bici son los primeros en ser despejados, después de la hora punta se limpian las calles.

Morten Kabell, vicealcalde para Asuntos Técnicos y Medioambientales de Copenhague, declara que el modelo danés “no se puede calcar porque hay que adaptarse a la estructura de cada sociedad, pero es un modelo que puede funcionar en España o en Grecia. Todo el mundo puede hacerlo”.

Fuente: elpais.com