El congreso internacional Fit to Drive reunió en Barcelona, los pasados 26 y 27 de abril, a casi 200 asistentes, alrededor de un foro de discusión que se centró en los requisitos que garantizan las aptitudes individuales a la hora de conducir.

La sexta edición de este congreso, organizado por la asociación alemana de agencias de inspección técnica (Verband der TÜV e. V.), y con la colaboración de Etrasa, el Servei Català de Trànsit, el consejo general de colegios oficiales de psicólogos y la unidad de investigación de psiconomía de la universidad de Valencia, logró reunir, una vez más, a numeros expertos en el ámbito de la formación y la seguridad vial.

Entre los temas que se trataron se encontraban: la prevención primaria en la enseñanza preescolar, la escuela y la educación-formación vial, la prevención general a través de la la legislación y su aplicación, los sistemas de permisos por puntos, la prevención secundaria con un enfoque especial sobre la persistencia del consumo de alcohol durante la conducción, la evaluación de riesgos en materia médica y psicológica, la aptitud para conducir, la atención psicológica, rehabilitación y terapia en diferentes países de la UE, la rehabilitación y los estudios comparativos de la seguridad vial en Europa.

La formación vial fue uno de los temas que más presente estuvo en las ponencias que se llevaron a cabo. Joan Aregio, director del Servei Català de Trànsit, fue el encargado de inaugurar el congreso con un discurso centrado en la importancia de la formación integral de los conductores, para lo que, asegura, hay que cambiar el enfoque que se da actualmente a dicha formación, incluyendo la asistencia obligatoria de los futuros conductores a clases teóricas. Desde el Servei, el modelo de formación que defienden tiene como marco la Matriz GDE. Su propuesta gira en torno a una idea: “hay que hacer un cambio en el sistema de evaluación ya que, hasta ahora, sólo se basa en la memorización de unos contenidos para responder preguntas y en la demostración de una habilidades al volante. Se habla de actitudes, pero en realidad se trata de comportamientos muy limitados en el momento de la conducción. Y al mismo tiempo hay que hacer un cambio normativo que haga que el alumnado participe en cursos con la única finalidad de aprender unos contenidos que serán importantes para su seguridad y la de los demás”.

Durante todo el congreso la formación vial fue presentada como la mejor opción para prevenir y reducir los accidentes de tráfico. Màrius Martínez, de la Universidad Autónoma de Barcelona, presentó un modelo probado durante más de 15 años que se desarrolla en 5 pasos: evaluación inicial, mejora de la información, control de hábitos y habilidades, la integración de las emociones y la evaluación final y se centra en los tres aspectos de las actitudes: las cogniciones, conductas y emociones de una manera articulada.

También se destacó la implantación de las nuevas tecnologías durante la formación vial, incidiendo en las altas exigencias pedagógicas y didácticas que tienen que cumplir los propios formadores.

CIECA, la Comisión Internacional para el Examen de Conducir, estuvo presente en la jornada, con una ponencia llevada a cabo por su presidente, Kari Hakuli, en la que hizo hincapié en las áreas en las que se centrará el trabajo de la comisión durante la presente década. Su programa girará en torno al envejecimiento de los conductores, la seguridad de los mismos desde el mismo momento en que se obtiene la licencia, la conducción eficiente, los usuarios vulnerables de la vía, la formación de los examinadores y de los propios formadores, los avances tecnológicos que repercuten en la formación y los últimos desarrollos que se llevan a cabo en la prueba teórica.

Los factores de riesgo no podían faltar como tema principal de algunas de las ponencias presentadas durante Fit to Drive. Proveniente de Austria, Christine Chaloupka-Risser expuso diferentes condiciones en cuanto a la conciencia del exceso de velocidad, que es el factor de mayor influencia en la inseguridad del tráfico.

El consumo de alcohol y drogas también fue un tema en el que se centraron algunas de las ponencias de Fit to Drive. En varias de las intervenciones se destacaron las tecnologías que se pueden implementar en los vehículos para evitar accidentes tras haber consumido algunas de estas sustancias; o los cursos a los que tienen que asistir los conductores a los que se les ha privado del permiso de conducir (aunque sea temporalmente) por conducir bajo los efectos del alcohol. En Dinamarca, tras asistir a estos cursos ha habido una disminución del consumo de alcohol al volante del 40%.

María Seguí, directora general de Tráfico en España centró su ponencia en el consumo de drogas durante la conducción, destacando que España ocupa uno de los primeros puestos del mundo en consumo de sustancias de comercio ilegal. El 17% de los conductores conduce después de haber consumido sustancias psicoactivas. El cannabis y la cocaína son las sustancias consumidas con más frecuencia. Seguí también afirmó que el establecimiento de controles de drogas es viable y fiable científicamente con los recursos actualmente disponibles.

Otras de las ponencias corrieron a cargo de Franz Podstatzky, director comercial de Etrasa, quien proporcionó una visión general del papel que las editoriales tienen en la seguridad vial, destacando la responsabilidad social corporativa de las mismas que consiste en comunicar el contenido de seguridad vial útiles en cualquier tipo de plataforma; Fermina Sánchez y Elena Valdés, de la DGT española que se centraron en los requisitos básicos que deben cumplir los conductores y el papel de los centro de reconocimiento de los conductores; o Elisabeth Ströbitzer, también desde Austria, quien destacó las ventajas de la metodología “Naturalistic Driving”, que consiste en la instalación en el vehículo de sistemas de adquisición de datos, para observar al conductor en su entorno natural y proporcionar así datos sobre los comportamientos anteriores al accidente, algo que los métodos tradicionales no aportan centrándose sólo en la obtención de datos después de que ha ocurrido el siniestro.

Fuente: Travesía