Conducir en invierno | EduVia (Educación Vial) ::: 16 Años :::

El invierno es la temporada más dura para el automóvil por lo cual es recomendable realizar un chequeo especial


Durante los meses más fríos, aumenta el número de accidentes de tránsito ya que en esta época, la conducción resulta mucho más incómoda por diversos factores, entre ellos la reducción de la visibilidad debido a las condiciones meteorológicas imperantes, sobre todo por la presencia de niebla matutina y vespertina.

Por lo tanto, hay que estar preparados para hacer frente a cualquier adversidad que surja en la calle, en la autopista o en la ruta. Y la mejor forma de superar las malas condiciones climáticas es tener el vehículo puesto a punto, sometiéndolo a una exhaustiva revisión y analizando elementos fundamentales como por ejemplo, el sistema eléctrico, el sistema de alumbrado y la refrigeración.

Los neumáticos son el único punto de contacto entre el automóvil y la calzada, de ahí la importancia de circular con ellos en perfecto estado. Un neumático sin el suficiente relieve puede ser muy peligroso, sobre todo en invierno puesto que su adherencia se reduce debido a la nieve, el hielo o la lluvia. La profundidad del dibujo debe ser como mínimo de 1,6 milímetros, si bien los expertos sostienen que, en la temporada de invierno, lo ideal es que tenga tres o cuatro milímetros para expulsar mejor el agua de la calzada.


Hay que vigilar también que la presión de los neumáticos sea la adecuada y que la goma no presente grietas o estrías. Conviene saber que la presión del neumático se reduce si el automóvil está expuesto a temperaturas muy bajas durante mucho tiempo.

Durante el invierno la utilización del sistema eléctrico es superior a otras épocas del año pues se utiliza más el alumbrado, los limpiaparabrisas y la calefacción, lo cual supone un mayor esfuerzo para la batería del vehículo. Por tal razón se hace imprescindible revisar el estado de la misma y comprobar su nivel de carga, limpiar los bornes y verificar el funcionamiento del alternador.

En invierno hay menos horas de luz por lo que debemos cuidar la iluminación del vehículo. Los faros son un punto importante a tener en cuenta; es necesario comprobar el buen funcionamiento de todas las luces y verificar el reglaje de los mismos. De igual forma, conviene llevarlos siempre limpios porque se evitará la reducción del haz de luz que proyectan.


En cuanto a los cristales: es necesario que en todo momento veamos y que nos vean perfectamente y una buena visibilidad depende en gran medida del estado de los cristales. Estos deben estar siempre limpios, especialmente el parabrisas. Conviene que el agua del limpiaparabrisas no sea calcárea. De todas formas, en invierno hay que sustituir el agua por un producto dotado de propiedades anticongelantes.

Si los cristales se han helado no hay que emplear nunca agua caliente ya que podrían rajarse. Lo mejor es quitar la capa de hielo formada en los cristales con una rasqueta, elemento indispensable que debemos incorporar al kit habitual del vehículo durante el invierno.

Además, debido al frío es normal que los cristales se empañen por dentro, la forma más rápida de desempañarlos es utilizar el aire acondicionado, también se puede corregir conectando la calefacción y el ventilador a su máxima potencia con las ventanillas algo bajadas. Y por último, la opción más peculiar pero a su vez efectiva es pasarles una papa cortada por la mitad.

Escobillas: Otro elemento que influye en la visibilidad son las escobillas del limpiaparabrisas. Debemos mantener las escobillas en buen estado y cambiarlas aproximadamente cada seis meses como recomiendan los fabricantes con el fin de que realicen bien su servicio. Si queremos que las escobillas estén más flexibles podemos añadir al líquido del limpiaparabrisas un poco de bebida cola.

En las épocas de heladas debemos evitar que las escobillas se adhieran al vidrio. La solución es muy simple, consiste en interponer un cartón o trapo entre las escobillas y el vi drio, o bien dejarlas levantadas o apoyadas sobre el parabrisas con la parte metálica en contacto con el cristal.

Sistema de refrigeración: En cuanto la temperatura empieza a caer debemos comprobar el estado del líquido refrigerante. Este líquido mantiene el motor a una temperatura de funcionamiento adecuadamente fría pero sin congelarse puesto que si se congela puede hacer que reviente el motor.